Me llamo Ginebra y me adoptaron cuando me encontraron en una carretera sucia y sola.
Desde entonces me he convertido en una gata muy feliz, me encanta jugar con narices de payaso de goma-espuma, pelear con mi hermana Tequila, perseguir luces en casa y trepar por las cortinas.
Soy capaz de enamorar a cualquiera con mis grandes ojos azules y mis mimos, porque soy muy cariñosa y me encanta que me rasquen y me hagan carantoñas.
Ah! Y también me encanta jugar con el agua.